¡Ni cartas que encadenen, ni manos que despidan!
¡Soledad de las penas que en el alma se anidan!
Como el barco, en la boca de la noche, me pierdo
Bulle el gentío a bordo
… Ríen, danzan, olvidan
¡Pero yo te recuerdo!
¿Adónde voy? Lo ignoro. Ni sé lo que persigo.
Por mí, pudiera el barco torcer su rumbo al Polo
¿Apena la distancia? ¿La ausencia es un castigo?
Bien puede que así sea para el que viaja solo
¡Pero tú estás conmigo!
Estás, y sin mirarnos, nos vemos
¡Heme aquí,
dulce enemiga mía, náufrago en la algarada
del vulgo errante! Enfermo de tu visión amada,
llego a creer que todas tienen algo de ti
¡Pero no tienen nada!
Aquella me recuerda tu voz, ésta tu modo
de sonreír, tu gracia triunfante, tu aire austero
la ilusión es mirífica. El desengaño es fiero
mejor que tú, mas bello, podrán tenerlo todo
¡Pero yo no las quiero!
Víctor Domingo Silva
Chileno de origen vasco
Bellas letras, te dejo un abrazo.
ResponderEliminarPD: No conozco el autor, buscaré en la red datos sobre sus poesía, gracias por compartirla.
Gracias Cristina...un abrazo a la distancia...cariños
EliminarQue lindo poema,
ResponderEliminarlleno de sensualidad
y un poco de desorientasión
que conlleva a descubrir
sensaciónes por descubrir..
Me gusta este lado
romantico tuyo..
Lindo por compartirlo..
Besos muskkk.
Gracias Claribel a mi igual me gusta este lado mío como lo llamas romántico...siempre lo e sido y creo que si perdurara eternamente uno de mis blogs esté sin duda que sería el que escogiera....
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